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Abstract(s)
El estudio de las vías romanas y de su herencia en la conformación de las rutas
de al-Andalus es un tema que requiere de una gran dedicación, pues los datos acerca de
este tema están tan dispersos tanto en las fuentes como en los informes arqueológicos
que resultaría difícil realizar en estos momentos un trabajo de conjunto sobre este asunto.
Aunque conocemos razonablemente bien las rutas que unían las distintas poblaciones
de al-Andalus, no tenemos apenas información acerca de la actividad reparadora o constructora
de este tipo de infraestructura, a la que las fuentes árabes no dedican la misma
atención que a puentes, murallas o atarazanas, y muchísimo menos que a la construcción
de mezquitas, de las que sí tenemos abundantes noticias1. Por esta razón la investigación
que llevé a cabo para la ponencia presentada a las XVIII Jornadas de Patrimonio de la
Comarca de la Sierra de Huelva2 me deparó algunas sorpresas, aunque no pude por
razones tanto de tiempo como del tema propuesto por la organización, agotar este tema.
A partir de este momento comencé a recopilar todas las noticias relativas a la brusca
desaparición a partir de la época de la fitna ocurrida durante el emirato del omeya ‘Abd
Alla¯h (888-912), de una parte de la antigua vía romana que unía Sevilla con Beja y que,
pasando por Aroche, unía estas dos capitales de cora. La mencionada desaparición de
esta infraestructura resulta tan llamativa como grave para la historia de la región, que a
partir de este momento quedó marginada y apenas volvió a aparecer en las fuentes
árabes durante el resto del período de la historia de al-Andalus.